Fragas do Eume

La joya forestal

Declarado Parque Natural por el Gobierno autónomo en 1997, las Fragas do Eume abarcan más de 9.000 hectáreas de bosques que acompañan al río Eume camino de su desembocadura. Este ecosistema único es el ejemplo más representativo de lo que fueron los bosques y el paisaje que en tiempos pasados poblaban la mayor parte del litoral gallego.

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Fragas do Eume

Un paraíso para los amantes de la naturaleza y el bosque atlántico protegido más extenso de Europa.

Repartido entre los municipios de Pontedeume, Monfero, As Pontes de García Rodríguez, A Capela e Cabanas, al parque natural puede accederse por cuatro portales sin comunicación entre ellos: Caaveiro, A Capela, Eume y Monfero. Aquí, seis rutas principales nos invitan a descubrir los tesoros del Eume en camper, a pie, a caballo, en bicicleta o en piragua.
Los centros de visitantes se encuentran en el Portal de Caaveiro y en el de Monfero donde, además de informarnos sobre las maravillas del parque, nos indicarán las restricciones a la circulación con vehículos de motor.

En gallego, el término fraga describe una extensión de monte, por lo general aislado y de difícil acceso, poblado de distintas especies caducifolias, donde convive una gran variedad de fauna. Truchas, reos, anfibios como la pezoias o la rana zampexa, el caracol de Quimper, aves de presa como el miñato, el peto verdeal o la avelaiona, y mamíferos como los corzos o los jabalíes son las especies más comunes de un parque donde se han contabilizado 103 especies de aves, 41 de mamíferos y 8 de peces.

Los bosques de ribera cumplen la función de interconectar áreas geográficas distantes y son el reino de los alisos -árboles que pueden alcanzar los veinte metros de altura, de copa muy poblada con hojas redondeadas y dentadas, madera de color clara, muy dura y ligera-. La cobertura vegetal limita la evaporación del agua y bajo los árboles tapizan el suelo musgos y multitud de helechos protegidos. La sombra que este tipo de bosque proyecta sobre el río contribuye a mantener una temperatura estable, apta para los peces autóctonos -que soportan mal el agua que no está fría y poco oxigenada-, cuya pesca -con caña- únicamente está permitida en el coto de Ombre. Antiguamente, aquí se usaban los caneiros –una especie de parada de piedras formada en algún punto del río donde el caudal era favorable- para capturar salmones de forma masiva.

El árbol más característico de las fragas es el carballo, roble de crecimiento lento que puede alcanzar los cuarenta metros de altura. Los romanos acuñaron el hepíteto que designa esta especie –Quercus robur- con el denominaban a cualquier tipo de madera dura y que también utilizaban para referirse a la solidez y la constancia de ánimo. Bajo su cubierta, es fácil que pasen desapercibidos los caminos por los que transitan los animales que se mueven por el bosque, entre los que destacan los jabalíes que dejan sus pisadas impresas en el barro, donde se refriegan para proteger su piel de los insectos.
Al norte del parque, los robles conviven con castaños y arces.  Aquí también son característicos los laureles, con los que los romanos coronaban a los triunfadores en la batalla y a los emperadores. El rusco y el acebo son otras de las especies vegetales que pueden encontrarse en el parque.

Sin duda, una de las principales atracciones de las Fragas es el monasterio de Caaveiro, situado en el corazón del parque. Fundado por eremitas en el siglo IX, será a partir del XI cuando se convierta en monasterio de clérigos de San Agostiño. Si bien nunca llegó a tener más de nueve, siempre acogió a aquellas personas que buscaban retiro en la Fraga. Pero, cuando en el siglo XIV cae bajo la orden de los Andrade, el monasterio es secularizado.

Ya en el alto de Pena Cavada, robles y alisos dejan paso a extensos pinares, por donde es frecuente ver vacas y caballos circulando en semilibertad. Es este el lugar preferido de jabalíes, ciervos, conejos, liebres y corzos para alimentarse.

Las Fragas do Eume constituyen un ecosistema frágil y permanente al mismo tiempo; un lugar donde la magia y el misterio, la meditación y las leyendas toman forma bajo los ecos de una historia única que sigue el curso del río.

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